El calentamiento de temperaturas en el frío desierto siberiano parece haber despertado una vieja bacteria, que ha permanecido hibernando durante décadas. Parece que el culpable ha sido un reno congelado desde 1941. Parece que con la subida de temperaturas, la bacteria se ha vuelto activa, y están desalojando a los nativos que viven en estas zonas, los Nenet. Esta bacteria se estima que puede sobrevivir congelada más de 100 años. Y hay varias zonas que fueron infectadas y que ahora se están descongelando.
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