En Rusia hay decenas de compañías que fabrican campanas. El volumen anual de éstas es de hasta 500 toneladas: desde 4 kilos hasta las gigantes que pesan 72 toneladas, informa el semanario SmartMoney. La demanda de las campanas aumenta en relación con las próximas elecciones: los políticos y empresarios se apresuran a mostrar mayor lealtad a la Iglesia, financiando la reconstrucción de monumentos arquitectónicos.
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