Los gobernantes europeos, ninguno sin excepción, acudieron y manifestaron su pésame, admiración y encandilamiento hacia la figura de Nelson Mandela esta semana. (...) Sin embargo, puede que Madiba se sorprendiera si viera lo que los señores que le divinizaron en el homenaje de su muerte están gestando en sus países. El extremismo en todas sus versiones comienza a crecer a lo largo y ancho del mundo, y más concretamente, en el continente europeo: económico, ideológico, racial e incluso religioso.
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