Decir a otra persona que "tenían que pegarle siete tiros" no constituye un delito leve de amenazas, ya que esa frase supone solo el deseo de un mal, no la intención de causarlo, según las consideraciones expuestas por la sección quinta de la Audiencia Provincial de Murcia, con sede en Cartagena, que justifica su resolución en el significado que la Real Academia Española de la Lengua (RAE) atribuye a esa expresión.
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