El contrato que tienen que firmar los atletas británicos que acudan a las Olimpiadas de Pekín 2008 incluirá por primera vez la prohibición de hacer cualquier manifestación o propaganda política. Por ello le han llovido las críticas al Comité Olímpico Británico (BOA, por sus siglas en inglés), al que han acusado de querer evitar las críticas a la cuestionada política china sobre derechos humanos.
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