Señores obispos: A finales de noviembre les dirigimos un escrito solicitando por parte de la Iglesia que Vds. gobiernan una declaración pública de excomunión para todos los miembros de nuestra organización. Simultáneamente, enviamos copia del mismo a su monarca, el bávaro Joseph Alois Ratzinger, en su domicilio del Palacio Apostólico del Vaticano... Casi seis meses después, ninguno de los responsables de la corporación a la que Vds. pertenecen ha emitido respuesta alguna...
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