ALSA denunció que dos autobuses fueron atacados en Gijón, con el resultado de lunas rotas y la circunstancia de que ambos vehículos eran los primeros interurbanos que disponían de 'alcolock'. Este mecanismo obliga al conductor a soplar y solo permite el arranque del vehículo si el profesional no ha bebido. La compañía reiteró ayer que «implantará progresivamente nuevos sistemas de seguridad», consciente, no obstante, de que el mismo causa rechazo en parte de la plantilla.
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