Muchos videojuegos incluían un teléfono de ayuda en alguna parte. Si te quedabas atascado en un punto o te encontrabas con algún problema sin solución aparente, podías llamar y hablar directamente con alguno de los creadores para que te echara un cable. Los equipos de desarrollo eran pequeños y el contacto era directo. Compañías como Dinamic, además, ofrecían en su garantía la posibilidad de enviarles el juego para que te lo cambiaran por una copia nueva si encontrabas cualquier fallo o defecto de fabricación durante tiempo ilimitado.
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