Cuando leamos titulares que llegan a conclusiones espectaculares, como que el coche eléctrico contamina más que el diésel, sospechemos. Así intentan colarnos que el diésel no es tan contaminante. Primero: ignorar que producir un coche con motor de combustión interna también tiene un coste energético. Segundo: subestimar el consumo real del diésel. Tercero: ignorar que el diésel conlleva una contaminación en procesos como la extracción, el refinado... Cuarto: salvo en casos extremos, no es cierto que producir electricidad contamine más.
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