En el llano de Chajnantor, a 5 mil metros de altura, se construyen 66 antenas de 100 toneladas, platos con parábolas perfectas que no pueden desviar la observación más allá del grosor de un cabello humano, mientras deben resistir la radiación, los cambios extremos de temperatura, el viento, el polvo y la nieve. Es el proyecto ALMA (Atacama Large Millimeter/submillimeter Array), en el que colaboran europeos, norteamericanos, japoneses y chilenos:
www.almaobservatory.org/ (web oficial en inglés)