Tomo fotos del rostro de sus compañeros de piso, de su chica y de él mismo y, por obra y gracia de Photoshop, creó la imagen de una nueva persona. Eso sí, sin tornillos en el cuello o la cabeza como el engendro de Frankenstein. Para completar su mutación, Wallen generó un nombre aleatorio en base a los 50 nombres propios y apellidos más comunes en Estados Unidos. Su criatura se llamaría Aaron G. Brown, con G. de Gordon. Gracias a un servidor proxy gestionado por Wallen, cualquiera de nosotros puede navegar haciéndose pasar por Aaron Brown.
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