Ni siquiera el terremoto en Turquía y Siria, que ya causo 11.000 muertos, da tregua a la política bélica del gobierno de Ankara. El martes por la noche, el ejército turco comenzó a bombardear con artillería la ciudad de Tel Rifat, en el norte de Siria, afectada por el terremoto, y sus alrededores. Los ataques fueron legitimados por el Estado turco con informes de supuestos atentados desde el norte y el este de Siria. Este es un argumento utilizado repetidamente para justificar el terror contra la la población de la región autónoma.
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