Los policías amedrentaron y golpearon a los jóvenes, y las autoridades locales intensificaron la persecución a las iglesias y castigaron a los organizadores del retiro con detenciones de 5 y 15 días. A los detenidos les fue negada la comida y el agua durante todo el día y se encontraban en estado de deshidratación. “Justifican su redada etiquetando al retiro como una actividad religiosa fuera de la ley. Una razón ridícula fue que la policía encontró una Biblia que fue calificada como una evidencia criminal”, afirmó.
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