Tan Lu, de 39 años, dice que había advertido decenas de veces a su hijo Xiaomeng, de 14 años, que no podía jugar al ordenador, una práctica con la que el chaval, como muchos jóvenes del mundo, estaba algo emocionado. El padre enojado irrumpió en el cibercafé de la ciudad de Hechi cogió a su hijo por el pelo delante de sus amigos, lo despojó de su ropa y le ató las manos a la espalda para llevárselo a casa arrastrándolo. Un testigo afirma que también comenzó a golpear al muchacho, que lo único que podía hacer era pedir misericordia...
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