Arqueólogos hallaron un huevo de gallina de al menos 1.200 años de antigüedad en una antigua necrópolis de la República Checa, informaron las emisoras locales. El huevo fosilizado se conservó perfectamente, guardado en una olla, que se encontraba en una de las tumbas de la necrópolis, donde fueron descubiertos también artículos de joyería, armas y objetos antropológicos.
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