Alemania es uno de los países más preocupados por encontrar un ‘plan B’ al gas ruso y ya ha anunciado que va a mantener en reserva las dos de las tres centrales nucleares con las que cuenta el país, cuya desconexión estaba prevista para finales de año. Sin embargo, la apuesta por esta energía podría no ser nada útil para reducir la dependencia de Putin, ya que según datos publicados en 2020, Rusia posee el 46% del total de la capacidad de enriquecimiento de uranio en el mundo. Rusia, China, Irán y Pakistán controlan el 62% de la producción
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