"David Sheridan, diseñó un generador aprovecha la energía de los niños. No abran los ojos tanto, que no es nada salvaje. Tan sólo modificó los famosos balancines o subibajas de las plazas, para convertir el movimiento de los niños en energía eléctrica, que puede luego ser transferida por cables bajo tierra a algún edificio cercano, ya sea a la escuela, o incluso podría servir para la iluminación de la plaza". No sé muy bien que tengo que sentir, pero me ha parecido, cuanto menos, curioso.
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