A pesar de las trabas (a mi me la han negado tres veces, como Judas), la apostasía o acto de baja de la iglesia católica es un derecho constitucional legítimo y forma parte de los reconocidos por la Declaración Universal de los Derechos Humanos. La visión de la Iglesia sobre la apostasía es clara: "los casos se incrementaron tras la puesta en marcha de una campaña por parte de diferentes sectas con actividad en España. muchos de los que conforman «este fenómeno minoritario y escasísimo» son homosexuales." Maldice, que algo queda.
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