Miembros del Seprona y una unidad especializada de la Junta de Castilla y León tuvieron que retirar ayer en Villamanín un total de 30 buitres muertos y todo apunta, por las circunstancias en las que aparecieron que fue por envenenamiento. Según fuentes de la Junta de Castilla y León, junto a las aves que se encontraban en la zona de la Colegiata de Arbas, aparecía también una vaca muerta que podría ser el cebo del envenenamiento de estas aves rapaces.
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