Pero en la primera mitad del siglo XX, coincidiendo con los años dorados de las publicaciones de ciencia ficción, sobre todo en los Estados Unidos, el concepto de rayo de la muerte era novedoso. En 1934 Flash Gordon llevó esa tecnología fantástica a otro nivel, haciendo que los niños de medio mundo desearan tener su propia pistola de rayos. Pero no todo quedó en el papel impreso de las añejas revistas de ciencia ficción y fantasía. La Gran Guerra había cambiado para siempre la forma de pensar de la humanidad.
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