Tras patearse durante años todos los festivales del mundo, tras crear un estilo periodístico único a medio camino entre la alta cultura y el humor más fino y tras el famoso ERE de TVE, el periodista se despidió de sus "politoxicómanos insomnes", esos que veían su excelso programa a altas y cambiantes horas de la madrugada, para perderse en la nada. Simplemente, se volatilizó. En su retiro berlinés apenas ha ido a festivales, no ha leído demasiada crítica y tampoco es que haya visto mucho cine. "He estado muy bien, leo mucho y veo series"
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