Después del espíritu modernizador que invadió durante años una ciudad partida por las obras, Madrid se olvidará de nuevas zanjas, calles cortadas y grandes proyectos. Al menos, en lo que corresponde al Ayuntamiento. La crisis obliga. Los presupuestos para 2011 que el alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón, presenta hoy vienen con un recorte del 39% en el capítulo de inversiones. La fórmula para alcanzar el ajuste es meridiana: no se iniciará una sola obra nueva.
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