Ni las numerosas llamadas ni las publicaciones en las redes sociales o los incontables kilómetros que recorrió con el coche lograron que Cata volviese. «La di por perdida», asume José Antonio. Sin embargo, hace unos días este lucense recibió una llamada de la Protectora de Animales y Plantas de Lugo en la que le preguntaban si había perdido a una perra. «Arranqué de inmediato y en cuanto la vi, ya me reconoció», cuenta el hombre aún ilusionado por el emotivo reencuentro.
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