Es normal pestañear dos veces al conocer que en mitad de la barbarie nazi el Estado español –amigo de Hitler salvó a miles de judíos. Y que una ley promulgada durante la dictadura de Miguel Primo de Rivera sirvió para burlar en Budapest a la vigilancia de las SS y de la policía húngara, evitando que miles de inocentes fueran deportados a Austwichz. Parece un sinsentido sacado...
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