En lugar de imponer cada vez más normas de circulación que no hacen más que cabrear al personal, en Drachten, una ciudad holandesa, han eliminado los semáforos y marcas viales consiguiendo así un tráfico más armóico regulado exclusivamente por el sentido común de los ciudadanos. Se ha conseguido reducir el número de accidentes graves y fomentado el uso de la bicicleta y los desplazamientos a pie. En España también se están haciendo este tipo de experimentos:
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