Muestras de ADN de las cinco personas fallecidas en 2001 a raíz de ataques con ántrax en USA ayudaron al FBI a determinar la participación del biólogo Bruce Ivins. El laboratorio de armas biológicas del Ejército en Fort Detrick, en el que trabajaba Ivins, estaba en el radar del FBI desde hace tiempo, pero los investigadores no habían sido capaces de detectar la cepa de ántrax utilizada en los ataques. Ivins se suicidó la semana pasada, en lo que podría ser una decisión desesperada ante el inminenente juicio.
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