Debo confesar que si cualquiera de mis amigas me dijese que se estaba planteando tener una aventura extraconyugal para darle vidilla a su matrimonio, inmediatamente saltarían todas mis alarmas sobre ética y moral, y la tacharía de insensata. Quizá porque en los parámetros en los que la sociedad nos ha educado, infidelidad suena a crisis sentimental o, peor aún, a final. Sin embargo, algo está cambiando. Según una encuesta del portal Match.com realizada en 2013, el 41% de los españoles confiesa haber sido infiel alguna vez.
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