Las habitaciones del CIE albergan de seis a ocho personas, no tienen aseos y el centro no cuenta con una habitación para aislar a los enfermos. La semana pasada murió una mujer congoleña por meningitis, enfermedad mortal infecciosa. El hacinamiento y la falta de instalaciones sanitarias suponen un alto riesgo para las personas retenidas y los trabajadores del centro, además de una falta de respeto a la dignidad de las personas.
|
etiquetas: cies , extranjería , derechos humanos