Chocolate para prevenir el deterioro cognitivo; leche de noche para conciliar el sueño; bombones para reducir el colesterol; cereales para regular el apetito; zumos antiinflamatorios; zumo de naranja para personas con microbiota (flora bacteriana del colon) del tipo A; vino para personas con microbiota del tipo B… “En el 2030 la mayoría de alimentos que encontraremos en los lineales del supermercado serán saludables e indicarán en su etiqueta para qué perfil genético están indicados”, explica Francisco Tomás-Barberán, investigador del CSI
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