Son las 18.45, el sol ya se ha puesto y Larbi se encuentra de camino a casa de un familiar para cumplir con el iftar, la ruptura de ayuno a la caída del sol en el mes de Ramadán. Sin embargo, tanto su primo como él ya habían "violado" uno de los cinco pilares del islam. Comieron, bebieron y un cigarrillo remató el almuerzo."Yo soy muy escéptico ante las exigencias de la fe islámica", asegura Larbi, que oculta su ocupación para ahorrarse problemas. ¿Se puede ser musulmán y vivir de espaldas al Ramadán? "A escondidas, sí", responde.
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