[c&p] Ulf Erdmann Ziegler, ciudadano alemán residente en la ciudad de Frankfurt, ha invertido una pequeña fortuna en una protesta: ha comprado tres mil bombillas incandescentes -las de toda la vida, vamos- como medida de protesta contra la prohibición de manufacturación e importación de este producto que se ha hecho efectiva en la Unión Europea a partir del 1 de septiembre. La prohibición es parte del esfuerzo de la UE para retrasar el calentamiento global.
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