A José Manuel Bermúdez se le ve últimamente algo ensimismado por la ciudad. Los santacruceros que se lo encuentran por la calle aseguran que, en lugar de mirar por dónde pisa, suele caminar mientras apunta algo en una libreta. Dicha libreta, pequeña, delgada y roja, es la tercera que estrena desde que fue elegido alcalde de Santa Cruz el pasado mes de marzo y, con sus poquitas hojas de nada, ya se ha convertido en una especie de pesadilla para el concejal de Obras y Servicios, Dámaso Arteaga.
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