Tras las amenazas al ISM, Alberto y el grupo de ocho cooperantes, siguen manteniéndose firmes en su posición de no abandonar Gaza. No se irán hasta que no haya garantías de salir sin pasar por las manos del Ejército israelí. "Vivimos igual que el resto de la población. No queremos hablar del miedo o de nuestras emociones, sólo queremos hablar de lo que vemos delante de nuestros ojos", declara. El martes, una llamada de teléfono de "una persona que se hacía pasar por periodista" lo único que quería "era tratar de que detallara nuestra posición".
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