Los albañiles pasarán por las aulas antes de subirse al andamio. A partir del uno de enero de 2012, cualquiera que se gane la vida en una obra debe poseer la Tarjeta Profesional de la Construcción. La exigencia se concibe como un cortafuegos contra los accidentes laborales. Cada año mueren en torno a 260 albañiles en España por un siniestro en el tajo. La cifra preocupa a empresarios y trabajadores, de ahí el acuerdo al que llegaron para establecer por norma que todos los contratados tengan nociones básicas sobre los peligros.
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