El venezolano Dani Pulido pasó los últimos 7 de sus 30 años en Valencia como albañil. Las crisis empezó a empujarle poco a poco hacia su país. Y en junio del año pasado volvió a Caracas. Su padre le prestó el dinero para comprar un taxi. Y ahí anda. Ésta es la historia de su adaptación a una de las ciudades más peligrosas de América.
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