El vaticinio se ha cumplido. La sangría de parados que sufre España comenzó a acusarse en la no renovación de trabajadores temporales a quienes les vencía el contrato. Sin embargo, desde el pasado mayo la hemorragia se concentra con mayor fuerza en aquellos empleados que son despedidos. Es decir, que por primera vez desde que comenzó la crisis, los fijos la sufren más que los eventuales. Así se desprende de los datos sobre el origen de los beneficiarios de la prestación por desempleo que UGT ha recopilado del Ministerio de Trabajo.
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