Regantes sin derechos persiguen y acosan a los inspectores mientras aprovechan los pozos ilegales que consumen el agua que nutre al humedal. Las captaciones perforadas sin permiso en suelo público cedido extraen durante años tras ser sancionadas a base de recursos presentados por los ayuntamientos. "Llevarme allí es llevarme al matadero", cuenta un inspector ingresado cinco días tras ser acorralado por un grupo mientras comprobaba pozos sin clausurar.
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