El despliegue policial ante el congreso del PP de Pontevedra incluyó hasta vigilancia en helicóptero. El PP consiguió su objetivo de tener un congreso provincial de Pontevedra relativamente tranquilo, pero le costó trabajo. La presión de los afectados de las preferentes empieza a agobiar, de modo que los dirigentes populares se curaron en salud y trasladaron la cita desde Pontevedra a un recinto aislado de más de 400.000 metros cuadrados en Silleda y organizaron un despliegue de Guardia Civil más propio de una reunión del G-20.
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