Lamenta que desde las distintas administraciones del Estado no se defienda como debería el flamenco en su estado puro. “Los aficionados al flamenco puro somos una expecie en extinción”. Esa pureza es la que siempre llevará a gala Francisco. Así, critica como otros países extranjeros, entre ellos Alemania, Austria o Japón, estén fomentando las raices del flamenco con el desarrollo, incluso, de maratones y en España, de donde nació, sea prácticamente ignorado.
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