Después de seis meses escudriñando los entresijos del aeropuerto de Ciudad Real, que se enfrenta a demandas por 213 millones de euros, los administradores concursales se han hecho una composición de lugar de por qué está en concurso. La conclusión es clara: el megaproyecto que se vendió como alternativa al aeropuerto de Madrid no tenía un plan de negocio y financiero serio. Además, el objetivo era, primero, vender su terrenos adyacentes y, después, todo el complejo para lograr plusvalías.
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