Nataline Sarkisyan, una joven de 17 años, falleció ayer tras pasar varias semanas en estado vegetativo. Debido a complicaciones con un tratamiento de leucemia, su hígado había empezado a fallar, y los médicos habían determinado que necesitaba un transplante. Su seguro médico se negó a pagar el transplante, y sólo después de las protestas de enfermeras y otros jóvenes se retractaron y decidieron aprobar el presupuesto de la operación. Lamentablemente, ya era demasiado tarde, ya que Natalie murió unas horas más tarde.
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