Cuando se inscriben en la poesía, en la prosa, de modo natural, sin acudir al llamado de una costumbre, [los adjetivos] regresan a su universal depósito sin haber dejado mayores huellas. Pero cuando se les hace volver a menudo, cuando se les confiere una importancia particular, cuando se les otorga dignidades y categorías, se hacen arrugas, arrugas que se ahondan cada vez más hasta hacerse surcos anunciadores de decrepitud. Porque las ideas nunca envejecen, cuando son ideas verdaderas.
|
etiquetas: alejo carpentier , adjetivos , arrugas , ideas , estilo