Esto no está dirigido únicamente a los guionistas. El tema que aquí se trata afecta a todas las profesiones del mundo. No obstante, si te dedicas a la escritura, tu relación con el fracaso es especial, y crónica. Para un escritor el fracaso es como el virus del herpes: Siempre está ahí, latente, expectante. Puede no afectarte durante gran parte del tiempo, pero gravita en todo momento sobre tus decisiones, a la espera de que bajes la guardia.
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