Después de 18 años de activismo político y feminista, presencial y online, constato que en los últimos años está ganando cada vez más presencia un un activismo tóxico y problemático que anula el debate, exige adhesiones inquebrantables a consignas facilonas y no tolera no ya el disenso sino siquiera la duda, no concibe ni el aprendizaje continuo ni la posibilidad de cambiar de opinión a lo largo del tiempo. Un activismo que señala, apunta y dispara. Un activismo que no genera debate y produce conocimiento, sino que apuntala consignas vacías.
|
etiquetas: activismo tóxico , feminismo , no tolera , disenso