“Mira a ver si encuentras un cartucho tirado por ahí y te puedes pegar un tiro y nos dejas en paz de una puta vez”. Para cualquier otra persona, esta frase podría sonar como una broma macabra. Pero en boca de su sargento, el soldado Francisco F. la interpretó como una incitación al suicidio. No hacía falta que le insistiera mucho. Según un soldado de su mismo pelotón, “se le veía afectado, hundido, apenado”, por lo que todos sus compañeros intentaban “arroparlo”
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