El calvario que pasó no hizo más que empezar cuando pidió traslado de una provincia a otra: allí se dió de baja e inmediatamente la despidieron, pero Mercadona la sigue maltratando, insultando, actos vejatorios, etc. La sentencia resume como quedó la mujer por el acoso "post-despido": "dificultad de respiración, inestabilidad emocional, aislamiento, insomnio, cefaleas, vómitos, agorafobia, sentimientos de impotencia y desesperanza, que desembocaron en un intento de suicidio en el 2004". Mercadona tendrá ahora que indemnizarla con 20.000€
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