Nosotros creemos, señor Rajoy, que este mundo intrincado de los móviles está por regular definitivamente para que el pobre usuario no sea siempre el que paga los platos rotos. Incluso le admitimos que puede ser que seamos unos individuos exigentes o cabreados, pero no queda duda que este galimatías necesita la intervención del Gobierno o del ministro de Industria. La verdad es que no tenemos mucha fe en su ayuda, pero al menos quedará demostrado que no desconoce el problemón que nos amarga diariamente y a todas horas.
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