Puedes pasearte por Palma, por Son Rapinya, frente al colegio La Salle, y ahí están todas las moles que no tienen sentido. Y en los pueblos igual, en Campos la cantidad de viviendas deshabitadas y nuevas da pena hasta cuando pasas de largo. Y eso ocurre en una comunidad donde se desaloja a personas que no pueden pagar su hipoteca o alquiler. La crisis y el paro vacían los bolsillos, los ahorros se esfuman en comida y uno prefiere siempre comer antes que pagar la hipoteca, evidentemente.
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