De por sí las religiones organizadas son una burla, pero la Iglesia Católica Romana ha dado más muestras de intransigencia que sus fieles de fe desde la negación de los descubrimientos científicos más básicos (la circulación de la sangre, la rotación y traslación de la Tierra) hasta la Santa Inquisición. Un nuevo ejemplo que es ofensivo y significativo donde los haya: para la Santa Comunión la Iglesia niega la posibilidad de emplear una hostia a base de maíz, en vez de trigo, sin glúten para los creyentes celíacos.
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