La Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Asturias ha absuelto a Carlos G. G., el camarero acusado de haber encargado una mariscada para 37 comensales valorada en 3.000 euros a sabiendas de que no iba a ir nadie, ya que todo era un embuste. El tribunal considera que, independientemente de que haya quedado probado que engañó a los propietarios de Casa Falo, en San Cristóbal, no buscaba un lucro patrimonial, el requisito imprescindible para que se pueda hablar de un delito de estafa. Tampoco estima que se haya producido un delito de daños.
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